Primera Lectura: Apocalipsis 10:8-11
8 La voz del cielo que había escuchado antes se puso a hablarme de nuevo diciendo: "Ve a coger el libro abierto de la mano del ángel que está de pie sobre el mar y la tierra.
9 Me acerqué al ángel y le dije: "Dame el librito". Él me contestó: "Cógelo y cómetelo; te amargará las entrañas, aunque al paladar te sabrá dulce como la miel".
10 Cogí el librito de mano del ángel y me lo comí; en la boca me sabía dulce como miel, pero cuando me lo tragué sentí una amargura en las entrañas.
11 Entonces me dijeron: "Tienes que profetizar todavía contra muchos pueblos, naciones, lenguas y reinos".
EXPLICACIÓN.
Cuando el fin parecía inminente, se renueva la misión profética de Juan (8). Tiene que digerir y meditar las palabras de Dios para poder transmitirlas eficazmente (cf. Ez 3,1-3). Son palabras de consuelo y de tristeza (dulce y amargo) (9-10). Su mensaje se precisa y su misión se ensancha: ya no habla a siete iglesias (2,1ss), sino a muchos pueblos (11). Ha de exponer en detalle la etapa final, explicando el sentido profundo de la historia; aún no se ha hecho ver el sentido trascendente de la batalla que se libra en el mundo ni se han identificado los contendientes.
14En el camino de tus preceptos disfruto
más que con cualquier fortuna.
24También tus preceptos son mi delicia,
son mis consejeros.
72Más vale para mí la ley de tu boca
que mil monedas de oro y plata.
103iQué dulce es tu promesa al paladar!
más que miel a la boca.
111Tus preceptos son mi herencia perpetua,
son el gozo de mi corazón.
131Abro bien la boca para respirar
con ansia de tus mandatos.
Explicación.
119,9-16 Juntando los versos 1 0.11.13. 14, obtenemos la serie "corazón, labios, camino = conducta", como nuestro de pensamiento, palabra y obra. Los versos 14 y 16 expresan el gozo: el orante no siente la ley como traba o peso.
119,17 -24 Disminuyen los enunciados y se adensa la súplica. El orante es "siervo": súbdito de un señor, vasallo de un soberano. Asoma un grupo hostil, que turba la placidez monótona: son "arrogantes", "nobles" o autoridades, que "murmuran" contra el orante cubriéndolo de "ultrajes" y desprecios. La expresión corriente "no me ocultes tu rostro" se convierte en "no me ocultes tus mandamientos". Al final los "decretos" se personifican para actuar como consejeros: carácter no coercitivo de la ley 25-32.
119,65-72 Con cuatro menciones de "bueno" puede componer un tratado de bienes. Dios es bueno y benéfico, buena es la instrucción de Dios y también la aflicción por la que aprendo. El "gusto" es metáfora de discreción o discernimiento: ls 7,15s; Sal 34,9. El pecado por "inadvertencia" (Sal 19,12s) se cura con un escarmiento leve. En 69-70 leemos dos de las pocas imágenes del salmo: dedicadas a enemigos malvados. El último verso adopta la forma clásica de refrán "más vale": compárese con Prov 3,15; 8, 10.19.
119,97 -104 El orante se siente satisfecho y se compara con otros: "enemigos, maestros y ancianos". El arte está en combinar meditación con observancia para adquirir un saber teórico y práctico. Se puede entreoír una polémica entre ley y sabiduría, rebajando la segunda a favor de la primera. "Amar" la ley; Dt 6,5 inculca amar al Señor. La comparación de la miel parece inspirada en Sal 19,11.
119,105-112 "El consejo es lámpara". dice Prov 6,23; el salmo contrasta la espiritualidad legal con la sapiencial. Oferta o voto "generoso" es algo de supererogación, por encima de lo requerido, o sea, que desborda la ley. Unido al "aceptar' de Dios pertenece al lenguaje cúltico. "Arriesgo la vida" es a la letra "mi alma en mi palma". El riesgo concuerda con la "grave aflicción" y las ''trampas'' del enemigo; la decisión generosa entraña un riesgo, del que se libra gracias a la ley. "Herencia": algo que se recibe, se posee, se lega.
119,129-136 "Admirables" o maravillosos, desbordan la comprensión del hombre, pero puede ponerlos en práctica. La Ley ilumina (Sal 19,9.12) y también Dios cuando muestra "su rostro radiante". No llora sus pecados, sino los ajenos: ¿es un llanto penitencial vicario?, ¿llora por celo de la ley, de compasión por los desgraciados? Los preceptos son como un aire que se "aspira" ansiosamente.
Transposición cristiana.
Muchos títulos, símbolos o privilegios atribuidos en el judaísmo a la tora son atribuidos en el NT a Jesucristo: luz, agua de la roca, camino, etc. Por tanto, donde leemos ley o mandato podemos pensar en Jesús como Mesías. Como los relatos del Pentateuco son también tora, así y mucho más lo es la vida de Cristo. La lectura se facilita usando la clave del "camino". Jesús se lo apropia como norma de conducta y vía de acceso al Padre, al cual añade los de verdad y vida, también presentes en el salmo. Con su conducta y enseñanza nos enseña "el camino auténtico de la vida".
Evangelio: Lucas 19:45-48
45 Entró en el templo y se puso a echar a los vendedores,
46 diciéndoles:
- Escrito está: Mi casa será casa de oración, pero vosotros la habéis convertido en una cueva de bandidos.
47 Todos los días enseñaba en el templo. Por su parte, los sumos sacerdotes y los letrados trataban de acabar con él, y lo mismo los notables del pueblo,
48 pero no encontraban modo de hacer nada, porque el pueblo entero lo escuchaba pendiente de sus labios.
EXPLICACIÓN.
Entrada en el templo. El viaje termina en el templo, centro y compendio de la cudad (45). Denuncia que cumple el texto de Zac 14,21: "Y ya no habrá mercaderes en el templo del Señor ..., en aquel día" (46). El templo, infiel a su función (Is 56,7; Jr 7,11). Su fin será la destrucción (Jr 7,19s).
Sexta sección del Evangelio (19,47-21,38). Enseñanza polémica en el templo. La sección está enmarcada por las dos menciones de la enseñanza y del pueblo (19,47s; 21,37s).
19,47s. Introducción. Contrariamente a lo propuesto en la tercera tentación (4,9s), la manifestación de Jesús en el templo no se hace de manera espectacular, sino por medio de la enseñanza. El interés del pueblo por la enseñanza de Jesús impide actuar a los dirigentes.
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