Primera Lectura: Nahún 2,1-3; 3,1-3.6-7.
21Mirad sobre los montes los pies
del heraldo que pregona la paz;
«Festeja tu fiesta, Judá, cumple tus votos,
que el Criminal no volverá a atravesarte
porque ha sido aniquilado»;
3porque el Señor restaura
la gloria de Jacob, la gloria de Israel,
a quien habían asaltado salteadores,
destruyendo sus sarmientos.
31¡Ay de la ciudad sanguinaria y traidora,
repleta de rapiñas, insaciable de despojos!
2Escuchad: látigos, estrépito de ruedas,
caballos al galope, carros rebotando,
3jinetes al asalto, llamear de espadas,
relampagueo de lanzas, multitud de heridos,
masas de cadáveres, cadáveres sin fin,
se tropieza en cadáveres.
6Te arrojaré basura encima
y te expondré a la pública vergüenza.
7Los que te vean se apartarán de ti diciendo:
Desolada está Nínive,
¿quién la compadecerá?
¿Dónde encontrar quien la consuele?
Explicación.
21,2a Alef. Título clásico. El Señor es celoso de su puesto exclusivo, no admite rivales (Ex 20,5; Jos 24,19); también es celoso de su pueblo, no tolera que otros se apropien de él (Is 9,6; JI 2,18; Zac 1,15).
El antropomorfismo indica que el Señor no es neutral frente a atropellos y agresiones; su reacción es en determinados casos acto de justicia vindicativa.
1,2b detrás de 11; pertenece sin duda a la Nun.
1,3a detrás de 7.8a; pertenece a la Yody continúa el tema.
1,3b Bet. La tormenta es elemento clásico de la teofanía. Las nubes son la polvareda que en el cielo levanta el caminante gigantesco.
3,2-3 La fuerza excepcional de estos versos reside en el uso alucinante de sustantivos, que conjuran sonidos, visiones fugaces, presencias obsesivas; los participios presentan acciones escuetas. Todo es anónimo, no individual. Se añaden los abundantes efectos sonoros.
3,7 Nadie la compadece porque no lo merece.
Salmo: Deuteronomio 32,35-36.39.41
35Mía será la venganza
y el desquite
en la hora en que tropiecen
sus pies,
pues el día de su perdición
se acerca
y su suerte se apresura
36-porque el Señor
defenderá a su pueblo
y tendrá compasión
de sus siervos-.
Cuando vea que
sus manos flaquean,
que se consumen
amos y criados,
39Pero ahora mirad: yo soy yo,
y no hay otro fuera de mí;
yo doy la muerte y la vida,
yo desgarro y yo curo,
y no hay quien libre
de mi mano.
41cuando afile el el relámpago
de mi espada
y tome en mi mano la justicia,
haré venganza del enemigo
y daré su paga al adversario.
Explicación.
32,35-36 El Señor va a actuar como juez. El delito consta en su archivo judicial, la sentencia será ejercicio de justicia "vindicativa", o sea castigo legal del delincuente. Irrumpe la voz del recitador. En vez de "porque", podría significar "cierto". El anuncio se lee en Sal 135,14, lo cita 2 Mac 7,6.
32,39 Frente a la impotencia de los ídolos se yergue la realidad del Señor: único, como en la proclamación del profeta del destierro (Is 41,4; 48,12), soberano de la muerte y la vida (1 Sm 2,6; 2 Re 5,7; Tob 13,2).
Evangelio: Mateo 16,24-28.
24 Entonces dijo a los discípulos:
- El que quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y entonces me siga.
25 Porque si uno quiere poner a salvo su vida, la perderá; en cambio, el que pierda su vida por causa mía, la pondrá al seguro.
26 Y luego, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero a precio de su vida? ¿Y qué podrá dar para recobrarla?
27 Además, el Hombre va a venir entre sus ángeles con la gloria de su Padre, y entonces retribuirá a cada uno según su conducta.
28 Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto llegar al Hombre en su realeza.
EXPLICACIÓN.
Condiciones del seguimiento (24). Adhesión inicial (venirse conmigo); primera condición: renunciar a toda ambición personal (5,3); segunda, aceptar ser perseguido por la sociedad y aun condenado a muerte (cf. 5,10); nuevas formulaciones de la primera y última bienaventuranza (5,3.10): son los mandamientos mínimos (5,19). Tres argumentos en favor del seguimiento (25-27): 1) la vida física no es el valor supremo; 2) un ideal sólo para esta vida no puede satisfacer; 3) habrá una reivindicación para los que lo sigan (cf. 25,31-46). Colofón: prueba de la verdad de sus palabras: un acontecimiento clamoroso hará ver que el Mesías, el Hombre rechazado, interviene en el curso de la historia (cf. 24,34s).
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