PRIMERA LECTURA. 1 Reyes 3,5.7-12.
5En Gabaón el Señor se apareció aquella noche en sueños a Salomón, y le dijo:
-Pídeme lo que quieras.
7Pues bien, Señor, Dios mío, tú has hecho a tu siervo sucesor de mi padre, David; pero yo soy un muchacho que no sé valerme. 8Tu siervo está en medio del pueblo que elegiste, un pueblo tan numeroso que no se puede contar ni calcular. 9Enséñame a escuchar para que sepa gobernar a tu pueblo y discernir entre el bien y el mal; si no, ¿quién podrá gobernar a este pueblo tuyo tan grande?
10Al Señor le pareció bien que Salomón pidiera aquello, 11y le dijo:
-Por haber pedido esto, y no haber pedido una vida larga, ni haber pedido riquezas, ni haber pedido la vida de tus enemigos, sino inteligencia para acertar en el gobierno, 12te daré lo que has pedido: una mente sabia y prudente, como no la hubo antes de ti ni la habrá después de ti.
Explicación.
3,5 Hasta ahora la elección del nuevo rey no ha sido refrendada oficialmente por Dios. El profeta ha actuado con prudencia humana, el rey ha designado al sucesor. La presente perícopa ofrece la pieza que faltaba. El esquema se parece a algunos modelos egipcios: el rey se aleja de la corte para visitar un santuario famoso, allí ofrece un sacrificio, tiene en sueños una visión en que el dios le ordena algo o confirma sus planes, vuelven a la corte y comunica su visión a sus ministros.
3,7-9 La oración del rey está compuesta y desarrollada con cierta amplitud. En vez de pedir enseguida, retrasa la petición echando por delante una doble confesión, de donde resulta una estructura ternaria. Las dos confesiones tienen por tem David y Salomón, los dos comienzos subrayan el paralelismo, y sobre todo la iniciativa divina.
Por la fraselogía, la oración recuerda el Deuteronomio y también algún salmo (p. ej., el 89). El libro de la Sabiduría, atribuido por ficción al rey Salomón (aunque escrito más de nueve siglos después), amplifica con gran riqueza esta oración (Sab 9).
Los títulos correlativos. "Señor Dios mío - tu siervo", expresan aquí la relación de soberano y vasallo.
3,7 Jr 1,6.
3,8 Prov 14,28.
3,9 Salomón pide para gobernar una mente dócil, o sea, el arte de saber escuchar; y el discernimiento concreto entre el bien y el mal, que es suprema sabiduría (recuérdese Gn 2-3); véanse también Is 7,15; 5,20; Miq 3,2; nótese en el libro de los Proverbios lo frecuentes que son las valoraciones: "es bueno", "más vale", "no es bueno".
3,11-12 La respuesta del Señor también está muy estilizada. La construcción general se reduce a un quiasmo: no pediste / pediste / te daré lo que pediste / y lo que no pediste. Hay una desproporción entre los dones y la petición. La sabiduría extraordinaria de Salomón es don de Dios.
SALMO. 119,57.72.76-77.127-130.
57Mi porción es el Señor. He resuelto
observar tus consignas.
72Más vale para mí la ley de tu boca
que mil monedas de oro y plata.
76Sea tu misericordia mi consuelo
como lo prometiste a tu siervo.
77Que me alcance tu compasión, y viviré,
porque tu leyes mi delicia.
127Por eso amo tus mandatos
más que el oro más puro.
128Por eso sigo derecho tus normas
y detesto toda senda engañosa.
129Admirables son tus preceptos:
por eso los observa mi alma.
130La explicación de tu palabra ilumina,
instruye a los inexpertos.
Explicación.
119,57 -64 La "porción" corresponde al reparto de la tierra, de la cual los levitas no reciben parte, porque su lote es el Señor: Nm 18,20; Dt 10,9; el orante habla como un levita: Sal 16,5. "Aplacar" es, a la letra, acariciar el rostro: es acto ritual o de intercesión y tiene por objeto alguna culpa cometida. "Volver" parece sugerir un desvío previo. La frase del v. 62 fue tomada a la letra para inspirar o justificar la práctica litúrgica o ascética de interrumpir el sueño para alabar a Dios. El comienzo del v. 64 es cita del Sal 33,5.
119,65-72 Con cuatro menciones de "bueno" puede componer un tratado de bienes. Dios es bueno y benéfico, buena es la instrucción de Dios y también la aflicción por la que aprendo. El "gusto" es metáfora de discreción o discernimiento: ls 7,15s; Sal 34,9. El pecado por "inadvertencia" (Sal 19,12s) se cura con un escarmiento leve. En 69-70 leemos dos de las pocas imágenes del salmo: dedicadas a enemigos malvados. El último verso adopta la forma clásica de refrán "más vale": compárese con Prov 3,15; 8, 10.19.
119,73-80 Se contraponen unos "fieles", que reverencian al Señor, y unos insolentes, que calumnian al orante; ellos fracasarán, éste no. De Dios se fija en aspectos complementarios: lo primero es la creación o "hechura" del hombre (Job 10,8); después es Dios maestro que enseña; ha de mostrar su "misericordia y compasión".
119,121-128. "Ser fiador' pertenece al lenguaje comercial. Gente sin escrúpulos intenta aprovecharse del orante, el cual necesita alguien que salga fiador por él. Si el hombre debe ser cauto en dar fianza (Prov 6,1-5), Dios puede hacerlo sin peligro. Los "ojos se consumen" oteando, vigilando. El amo debe dar instrucciones al "siervo". "Senda engañosa": cfr. Prov 16,25.
119,129-136 "Admirables" o maravillosos, desbordan la comprensión del hombre, pero puede ponerlos en práctica. La Ley ilumina (Sal 19,9.12) y también Dios cuando muestra "su rostro radiante". No llora sus pecados, sino los ajenos: ¿es un llanto penitencial vicario?, ¿llora por celo de la ley, de compasión por los desgraciados? Los preceptos son como un aire que se "aspira" ansiosamente.
Transposición cristiana.
Muchos títulos, símbolos o privilegios atribuidos en el judaísmo a la tora son atribuidos en el NT a Jesucristo: luz, agua de la roca, camino, etc. Por tanto, donde leemos ley o mandato podemos pensar en Jesús como Mesías. Como los relatos del Pentateuco son también tora, así y mucho más lo es la vida de Cristo. La lectura se facilita usando la clave del "camino". Jesús se lo apropia como norma de conducta y vía de acceso al Padre, al cual añade los de verdad y vida, también presentes en el salmo. Con su conducta y enseñanza nos enseña "el camino auténtico de la vida".
SEGUNDA LECTURA. Romanos 8,28-30.
28Sabemos también que, con los que aman a Dios, con los que él ha llamado siguiendo su propósito, él coopera en todo para su bien. 29Porque Dios los eligió primero, destinándolos dese entonces a que reprodujeran los rasgos de su Hijo, de modo que éste fuera el mayor de una multitud de hermanos; 30y a esos que había destinado, los llamó; a esos que llamó los rehabilitó, y a esos que rehabilitó les comunicó la gloria.
EXPLICACIÓN.
Cooperación de Dios con los cristianos incluso en circunstancias hostiles. No es que la calamidad sea de algún modo buena, sino que nada puede separar al cristiano del amor que Dios le tiene (cf. 8,35). La salvación es actual y consiste en reproducir los rasgos del hijo de Dios (cf. 8,17) (29-30).
EVANGELIO. Mateo 13,44-52 o Mateo 13,44-46
44 Se parece el reino de Dios a un tesoro escondido en el campo; si un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y de la alegría va a vender todo lo que tiene y compra el campo aquél.
45 Se parece también el reino de Dios a un comerciante que buscaba perlas finas;
46 al encontrar una perla de gran valor fue a vender todo lo que tenía y la compró.
47 Se parece también el reino de Dios a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces:
48 cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, reúnen los buenos en cestos y tiran los malos.
49 Lo mismo sucederá al fin de esta edad: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos
50 y los arrojarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
51 - ¿Habéis entendido todo esto?
Contestaron ellos:
- Sí.
52 Él les dijo:
- De modo que todo letrado instruido en el reino de Dios se parece al dueño de casa que saca de su arcón cosas nuevas y antiguas.
EXPLICACIÓN.
44 - 52. Parábolas del tesoro y de la perla: el compromiso total que exige el Reino no se hace por un esfuerzo ascético de voluntad, sino por la alegría de haber descubierto un valor insospechado e incomparable. Va a vender todo lo que tiene (44.46), alusión a 5,3 (cf. 19,21). La última parábola (47,50), como la de la cizaña, lleva su explicación, y su sentido es similar. Termina la instrucción privada. Entender, tema del capítulo (13,13.14.15.19.23.51). Deben transmitir el conocimiento recibido. El nuevo letrado no depende de su antigua tradición, lo nuevo tiene precedencia sobre lo antiguo; el mensaje de Jesús, clave de lectura del AT.
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