2 OPCIONES.
1ª OPCIÓN.
Primera Lectura: Isaías 26, 7-9. 12. 16-19
7La senda del justo es recta,
tú allanas el sendero del justo.
8En la senda de tus juicios, Señor, te esperamos,
invocamos tu nombre con ansia:
9mi alma te ansía de noche,
mi espíritu en mi interior madruga por ti;
pues cuando tus juicios llegan a la tierra,
aprenden justicia los habitantes del orbe.
Señor, tú nos gobernarás en paz,
porque todas nuestras empresas
nos las realizas tú.
16Señor, en el peligro acudíamos a ti.
cuando apretaba la fuerza de tu escarmiento.
17Como la preñada, cuando le llega el parto,
se retuerce y grita de dolor,
así éramos en tu presencia, Señor:
18concebimos, nos retorcimos, dimos a luz… viento;
no trajimos salvación al país,
no le nacieron habitantes al mundo
19¡Vivirán tus muertos, tus cadáveres se alzarán,
despertarán jubilosos los que habitan en el polvo!
Porque tu rocío es rocío de luz,
y la tierra de las sombras parirá.
EXPLICACIÓN.
26,7. Véase Os 14,10, colofón del libro.
26,9-10. Véanse Sal 63,2; 77,7. Los “juicios” de Dios son luz que descubre lo justo e injusto. Esos juicios son a veces clemencia gratuita.
26,7. Aquí los “juicios” de Dios parecen ser los jalones de un camino que orientan al hombre.
26,12. Véase Sal 90,17.
26,17-18. La comparación de la parturienta cobra aquí un sentido nuevo, describiendo el esfuerzo supremo y el fracaso total.
26,19. La tierra, devoradora de hombres, cárcel árida de polvo y morada de sombras, se impregna, o empreña, de un rocío celeste y luminoso, vuelve a ser tierra-madre fecunda (Eclo 40,1) y da a luz a sus muertos.
Salmo: 102,13-21.
13Tú, en cambio, Señor, reinas siempre,
tu nombre pasa de una generación a otra.
14Tú te levantarás y te compadecerás de Sión,
que es hora de piedad, ha llegado el plazo.
15Tus siervos aman sus piedras,
les duele hasta su polvo.
16Los paganos respetarán tu nombre, Señor,
todos los reyes del mundo, tu gloria.
17Cuando el Señor reconstruya Sión
y aparezca en su gloria,
18y se vuelva a las súplicas de los indefensos
y no desprecie su súplica,
19quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo recreado alabará al Señor:
20Que el Señor se ha asomado
desde su excelso santuario
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
21para escuchar los lamentos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte.
EXPLICACIÓN.
102,12-13 Tomo juntos los dos versos para subrayar el contraste: "y yo / pero tú", "días / generaciones". La imagen de la "sombra" es frecuente: Sal 109,23; 144,4; Job 8,9; 14,2; EcI 6,12; Sab 2,5. De la "hierba": Is 37,27. "Reinas siempre". Con fórmula muy semejante, Lam 5,19 ve en la perduración del Señor una esperanza para Sión. "El nombre" acompaña a las generaciones porque así lo manifestó él mismo: Ex 3,15.
102,14-16 La súplica cambia de enfoque y mira a la ciudad con afecto intenso. Del Señor apela a las cualidades tradicionales, "compasión y piedad": Ex 34,6; Jon 4,2; Sal 86,15 etc. Del pueblo comenta el amor tierno y compasivo por la capital: compárese con Ez 24,21. De los enemigos predice un genérico "respetar, venerar". La relación entre dolor personal y pena por la ciudad, con otras coincidencias temáticas, se puede apreciar leyendo entera la tercera Lamentación; en concreto los versos 4.8.22.43.48.50.61.
102,14 Con la tranquila duración de Dios se enfrenta la impaciencia humana, que le recuerda a Dios sus plazos: Hab 2,3.
102,15 El orante con sus compañeros intentan contagiarle a Dios su compasión; ¿o están, sin saberlo, contagiándose ellos de la compasión divina?
102,16 No se trata todavía de conversión formal, sino de reconocimiento del Dios extranjero: véase Is 59,19.
102,17-23 Es muy difícil acertar con el correcto reparto sintáctico de estos versos, por la ambigüedad de la partícula ki, y por la indecisión de los tiempos verbales. A través de nuestra perplejidad se abre paso una percepción clara: que Sión será reconstruida, que el hecho se ha de registrar por escrito, que redundará en un culto universal del Señor.
102,17. La reconstrucción es tema central en Ez 36,33-36; Is 54,11 s; Am 9,11; Sal 51,20.
102,19 "Escribirlo" arguye una lúcida y firme conciencia histórica sobre el destino del pueblo: Is 30,8; Jr 30,2; Job 19,24.
102,20 "Se asoma": vigilante en Sal 14,2, benévolo en Dt 26,15.
102,21 No basta reconstruir la ciudad si faltan hombres para repoblarla: Is 49,22. Los "condenados a muerte" están encerrados en una mazmorra esperando la ejecución: cfr. Ez 37,11 s.
Transposición cristiana.
Heb 1,10-12 cita los versos 26-28 para exaltar la dignidad del Hijo de Dios. También podemos ensayar la lectura eclesiológica: el salmo nos enseña a inscribir nuestras penas personales en un contexto ancho. Creyendo en la resurrección, esperamos que nuestros cuerpos serán reconstruidos.
Evangelio: Mateo 11, 28-30
28 Acercaos a mí todos los que estáis rendidos y abrumados, que yo os daré respiro.
29 Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy sencillo y humilde: encontraréis vuestro respiro, 30 pues mi yugo es llevadero y mi carga ligera.
EXPLICACIÓN.
"Cansados y agobiados" por la enseñanza de los sabios y entendidos. Jesús es maestro, pero no domina (28). Yugo, las exigencias que se derivan de su mensaje. Para acercarse a Dios no hay que observar la Ley, basta con acercarse a Jesús.
2ª OPCIÓN.
Primera Lectura. Zacarías 2,14-17
14Festeja y aclama, joven Sión,
que yo vengo a habitar en ti
-oráculo del Señor-.
15Aquel día se incorporarán al Señor
muchos pueblos
y serán pueblo mío;
habitaré en medio de ti,
y sabrás que el Señor de los ejércitos
me ha enviado a ti.
16EI Señor tomará a Judá
como lote suyo en la tierra santa
y volverá a escoger a Jerusalén.
17iSilencio todos ante el Señor,
que se levanta en su santa morada!
EXPLICACIÓN.
La muralla. Isaías hablaba de una muralla ornamental, pero encomendaba la defensa al Señor, que controla las armas (Is 54,15-17). Zacarías da un paso más, eliminando la muralla de piedra, porque el Señor en persona hará de muralla de fuego, intransitable y vengador. Como la espada llameante que cerraba el acceso al paraíso (Gn 3,24) ¡Oué lejos de los esfuerzos realistas de Nehemías por reconstruir la muralla de la capital!
2,14 Véanse Is 12,6; 54,1; Sof 3,14.
2,15 Con la conocida fórmula de enlace "aquel día" se añade otro oráculo que ensancha la visión precedente (Is 56,3.6; Jr 50,5). "Pueblo mío": véase Is 19,25.
2,16 La incorporación de paganos no quita su puesto privilegiado a Judá y Jerusalén: "parcela elegida".
2,17 Es como el grito de un heraldo imponiendo silencio al llegar el soberano (Hab 2,20). Como final de 15-16, se refiere a la toma de poderes de un reino propio y un imperio internacional. Como final de 10-16, señala el comienzo de la repatriación: el Señor se levanta (véase el diálogo de Is 51,9-52,6, y también Sal 44,24; 5,9; 73,20.)
Salmo. Lucas 1,46-55
46 Entonces dijo María:
-Proclama mi alma la grandeza del Señor
47 y se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador,
48 porque se ha fijado en la humillación de su sierva.
Pues mira, desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones,
49 porque el Potente ha hecho grandes cosas en mi
favor: Santo es su nombre
50 y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
51 Su brazo ha intervenido con fuerza,
ha desbaratado los planes de los arrogantes:
52 derriba del trono a los podersos
y encumbra a los humildes;
53 a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide de vacío.
54 Ha auxiliado a Israel, su servidor,
acordándose, como lo había prometido a nuestros padres,
55 de la misericordia en favor de Abrahán y su descendencia,
por siempre.
Explicación.
Por boca de María pronuncia su cántico el Israel fiel a Dios y a su alianza (46-48), el que ha creído en las promesas. Alaba a Dios por su cumplimiento, que ve inminente por el hecho de la concepción del Mesías. Dios mi salvador (47; cf. Sal 24,1; 25,5; Miq 7,7, etc), título clave del cántico, cuyo tema va a ser la salvación que Dios realiza en Israel; la humillación (48): en el AT, estado de opresión de que Dios libra a su pueblo (Dt 26,7; Sal 136,23; Neh 9,9); grandes cosas (49): se decía en particular de la salida de Egipto (Dt 10,21) y de la liberación de Babilonia (Jr 33,3, segundo éxodo); sus fieles (50), representados por María, "la sierva" (Éx 20,6).
Evangelio. Mateo 12,46-50.
46 Todavía estaba Jesús hablando a las multitudes cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera, tratando de hablar con él.
47 Uno se lo avisó:
- Oye, tu madre y tus hermanos están ahí fuera y quieren hablar contigo.
48 Pero él contestó al que le avisaba:
- ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?
49 Y señalando con la mano a sus discípulos, dijo:
- Aquí están mi madre y mis hermanos.
50 Porque cualquiera que lleva a efecto el designio de mi Padre del cielo, ése es hermano mío y hermana y madre.
EXPLICACIÓN.
46 - 50. Madre y hermanos, sin nombre: representan a Israel, en cuanto origen de Jesús y en cuanto miembros del mismo pueblo, respectivamente. Israel se queda fuera, en vez de acercarse a Jesús. Éste rompe con su vinculación con su pueblo; la nueva familia está abierta a la humanidad entera. La única condición es no quedarse fuera, sino dar la adhesión a Jesús y hacer un compromiso semejante al suyo. Vínculo de amor e intimidad (50).
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