Primera Lectura. Gálatas 5,18-25.
18En cambio, si os dejáis llevar por el Espíritu, no estáis sometidos a la Ley.
19Las acciones que proceden de los bajos instintos son conocidas: lujuria, inmoralidad, libertinaje, 20idolatría, magia, enemistades, discordia, rivalidad, arrebatos de ira, egoísmos, partidismos, sectarismos, envidias, borracheras, orgías y cosas por el estilo. 21Y os prevengo, como ya os previne, que los que se dan a eso no herederán el reino de Dios.
22En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, tolerancia, agrado, generosidad, lealtad, sencillez, 23dominio de sí. Contra eso no hay ley que valga. 24Los que son del Mesías han crucificado sus bajos instintos con sus pasiones y deseos. 25Si el Espíritu nos da vida, sigamos también los pasos del Espíritu.
Explicación.
Incompatibilidad entre Espíritu y Ley; la vida recta se consigue sólo con la guía y fuerza del Espíritu; la observancia de la Ley es un callejón sin salida, por la violencia de los bajos instintos (17-18). Las conductas que proceden de la busca del propio interés vician las relaciones humanas (19-21). Contraste con las que proceden del impulso del Espíritu, que, por el contrario, establecen una relación humana abierta y positiva y no pueden ser impedidas por ninguna ley (22-23). La cruz de Jesús, manifestación suprema de su amor (cf. 2,20), señala la opción necesaria para los que le dan su adhesión: poner fin a todo egoísmo (24).
Ejemplos concretos para ilustrar el seguimiento del Espíritu. Evitar toda rivalidad y actitud de superioridad.
Salmo. 1,1-4.6.
1. Dichoso el hombre que no camina aconsejado por los malvados
y en el camino de pecadores no se detiene
y en la sesión de los cínicos no toma asiento;
2. sino que su tarea es la ley del Señor
y medita su ley día y noche.
3. Será como un árbol plantado junto a acequias,
que da fruto en su sazón
y su follaje no se marchita.
Cuanto hace prospera.
4. No así los malvados
serán como tamo que arrebata el viento.
6. Porque el Señor se ocupa
del camino de los justos,
pero el camino de los malvados se extravía.
Explicación.
1. Es como un pórtico colocado cuando se completan las colecciones de salmos. Comienza con la primera letra del alfabeto hebreo , y recibe al orante anunciando una “bienaventuranza”, ofrecida a quien se aparta del mal, de los malos, y… “practica el bien”; el autor contrapone otra actividad. Por medio de la “meditación” asimilar la tôrâ, o ley, o voluntad divina hecha palabra y ya codificada. Del mundo sapiencial salta el autor tardío a la Ley. Ésta es como un caudal perenne de aguas, que se comunica por la meditación y confiere al hombre una vitalidad vegetal inmarcesible (Sal 92,13s), éxito en sus empresas. Mientras que los malos son sequedad, esterilidad, presa del viento. La elección y conducta libre y responsable del hombre revelará su valor en el desenlace definitivo, en un juicio escatológico. Hay que notar las dos asimetrías: malvados / meditador, el Señor se ocupa / el camino se extravía. Paralelos en Jos; Sal 37,31;40; Jr 17, 5-8.
1,1 Hay veintiséis bienaventuranzas o felicitaciones en el salterio, ocho en Proverbios. Apunta un proceso en tres tiempos: caminar, detenerse, sentarse. Los “cínicos” se burlan de los buenos y de sus valores: Prov 3,34; 21,24; 24,9…
1,2 Sobre la meditación en el salterio: 35,28; 37,30; 49,4; 63,7; 71,24; desborda la simple recitación.
1,4 La comparación del tamo es tópica: p. ej. Is 17,13; 29,5; 41,15s; Job 21,18.
Para una transposición cristiana hay que partir de la declaración de Jesús: “Yo soy el camino”. A la meditación de la ley sucede la de los misterios de la vida.
Evangelio. Lucas 11,42-46.
42 Pero, ¡ay de vosotros, fariseos! Pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda verdura, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. ¡Esto había que practicar!, y aquello ..., no descuidarlo.
43 ¡Ay de vosotros!, fariseos, que gustáis de los primeros asientos en las sinagogas y de las reverencias por la calle!
44 ¡Ay de vosotros!, porque sois como tumbas sin señal, que la gente pisa sin saberlo.
45 Intervino un jurista y le dijo:
- Maestro, diciendo eso nos ofendes también a nosotros.
46 Jesús le replicó:
- ¡Ay de vosotros también, juristas, que abrumáis a la gente con cargas insoportables, mientras vosotros ni las rozáis con un dedo!
Explicación.
Tres malaventuranzas (42-44) contra los fariseos (cf. 6,24-26); a) escrúpulo en lo insignificante y omisión de lo importante (42); no cumplen ninguno de los mandamientos (cf. 10,27); b) la ambición de honores (43); c) teniéndose por puros (= con sus principios y conducta cierran a los hombres el acceso a Dios) (44).
Los juristas se sienten ofendidos y Jesús los ataca de frente (45-52). Otras tres malaventuranzas: a) oprimen al pueblo en nombre de la Ley, mientras ellos no la practican (46).
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