domingo, 23 de febrero de 2020

23 DE ABRIL

PRIMERA LECTURA. Hechos 5,27-33.

27 Los condujeron a presencia del Consejo, y el sumo sacerdote los interrogó:
                28 - ¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar sobre esa persona? En cambio, habéis llenado Jerusalén de vuestra enseñanza y pretendéis hacernos responsables de la sangre de este hombre.
               29 Replicó Pedro junto con los apóstoles:
               - Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.
30 El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros asesinasteis colgándolo de un madero.
31 La diestra de Dios lo exaltó constituyéndolo Jefe y Salvador, para otorgar a Israel el arrepentimiento y el perdón de los pecados.
32 Testigos de estos hechos somos nosotros, y también el Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que le obedecen.
                33 Exasperados por esta respuesta, querían darles muerte.

Explicación.

Comparecencia y discurso de los apóstoles ante el Consejo: la salvación de Israel no pasa a través de las autoridades (27-29).

                   Los apóstoles se declaran los posesores de la verdadera tradición israelita (30: "nuestros padres") en oposición a los dirigentes ("vosotros"). Resuena de nuevo la temática de la salvación/liberación de Israel gracias al arrepentimiento que lleva al perdón de los pecados (31), característica de la misión precursora del Bautista (cf. 2,33.36.38; 3,15,19.26 y Lc 1,16.71.77; 3,3).  Su testimonio y el que ha dado el Espíritu Santo en su segunda efusión (4,31) confirman, según ellos, que Jesús es el verdadero Jefe y Liberador de Israel (31s). No se aprecia apertura alguna a los paganos.

SALMO. 34,2.9.17-20.

2 Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca.
9 Gustad y apreciad que bueno es el Señor:
dichoso el varón que se acoge a él.
17 El Señor se enfrenta con los que obran mal
para extirpar de la tierra su memoria.
18 Si gritan, el Señor escucha
y los libra de todos los peligros.
19 El Señor está cerca de los atribulados
y salva a los abatidos.
20 Por muchos males que sufra el justo,
de todos los libra el Señor;

Explicación.

34,2 "En todo momento": varias veces insiste el orante en la totalidad: 5.7.18.20.21.

34,9 Es un caso de "aplicación de sentidos". Los sentidos corporales se toman como símbolo de experiencia espiritual. Se selecciona la inmediatez no discursiva y la duración pausada. Una traducción corpórea sonaría: "saboread lo sabroso que es el Señor". El símbolo pasa al lenguaje espiritual.

34,16-17 Forman una antítesis marcada: honrados/malvados, ojos y oídos /rostro. "Enfrentarse"; o encararse, a la luz de Lv 17,10; Jr 44,11.21. La "memoria" o el apellido: compárese con Sal 109,15.

34,18 Se sobrentiende que el sujeto son los saddiqim, sin que sea necesario explicitarlo. El grito podría ser una reclamación judicial.

34,19 La secuencia hebrea "atribulados y abatidos" nos lleva sin remedio al Sal 51,19; es decir, de lo sapiencial salta el autor a lo penitencial. El hombre alejado por el pecado, puede acercarse por la penitencia.

34,20.22 Leo la primera cláusula con valor concesivo, ilustrado por Prov 24,16. Las muchas desgracias del inocente parecen contradecir el principio de la retribución; pero concuerdan con una larga historia de liberación. Resalta así la antítesis cone l v.22 por la repetición de "honrado + malvado + desgracia" y la oposición radical "libra / da muerte". Una consecuencia de esta lectura combinada es que el inocente es víctima del "odio" (22b) y que ese odio es "reato".

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

La primera carta de Pedro cita dos pasos del salmo; el gustar al Señor, vinculado al bautismo (2,2-3); y el bloque sapiencial en 3,10-12 exhortando a la concordia. Heb 6,2 recoge el símbolo del gusto espiritual. Y el tema del quedar radiantes domina el comentario de 2 Cor 3,7-18. 

EVANGELIO. Juan 3,31-36.

31. El que viene de arriba está por encima de todos. El que es de la tierra, de la tierra es y desde la tierra habla. El que viene del cielo,
32. de lo que ha visto personalmente y ha oído, de eso da testimonio, pero su testimonio nadie lo acepta.
33. Quien acepta su testimonio pone su sello, declarando: “Dios es leal”:
34. de hecho el enviado de Dios propone las exigencias de Dios, pues comunican el Espíritu sin medida.
35. El padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano;
36. quien presta adhesión al Hijo posee vida definitiva, quien no hace caso al Hijo no sabrá lo que es vida: no, la reprobación de Dios queda sobre él.

Explicación.

Lo ocurrido con Juan ha sido la tónica general del judaísmo: se había dado valor permanente a los enviados de Dios en el AT, en particular a Moisés. Ellos y su mensaje no se consideraban anuncio y preparación del Mesías, sino término en sí mismos.

Sin nombrarla, se considera la figura de Moisés, el primero de los enviados (31), cuya Ley, tenida por definitiva, se convierte en obstáculo para aceptar al Mesías-Hijo, que propone las verdaderas exigencias/mandamientos de Dios (33-34), las que comunicaban el Espíritu. Jesús no es un profeta más, sino el Hijo. El Hombre-Dios no puede ser alineado con los que lo han precedido en la historia de Israel (35). Quien no lo acepta se niega a entrar en la zona de la vida/amor, queda en la zona de la muerte, contraria al Dios de la vida (35-36).

SÍNTESIS: 


Ha terminado el régimen contractual de la Ley para dar paso a la relación recíproca de amor entre el hombre y Dios. La presencia inmediata de Dios en Jesús hace innecesaria cualquier clase de mediación o de intermediario. Se habían creado instituciones que tenían por objetivo servir de cauce a la comunicación con Dios. Han caducado, pero se niegan a desaparecer, revelando así su perversión: se han constituido fin en sí mismas. 

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