lunes, 17 de febrero de 2020

11 DE ABRIL

1 Génesis 1,1-2,2 ó Génesis 1,1.26-31.


1 1Al principio creó Dios el cielo y la tierra. 2La tierra era un caos informe; sobre la faz del abismo, la tiniebla. Y el aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas. 3Dijo Dios: -Que exista la luz. Y la luz existió. 4Vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de la tiniebla: 5llamó Dios a la luz "día", y a la tiniebla "noche". Pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero. 6Y dijo Dios: -Que exista una bóveda entre las aguas, que separe aguas de aguas. 7E hizo Dios la bóveda para separar las aguas de debajo de la bóveda, de las aguas de encima de la bóveda. Y así fue. 8Y llamó Dios a la bóveda "cielo". Pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo. 9Y dijo Dios: -Que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo sitio, y que aparezcan los continentes. Y así fue. 10Y llamó Dios a los continentes "tierra", y a la masa de las aguas las llamó "mar". Y vio Dios que era bueno. 11Y dijo Dios: -Verdee la tierra hierba verde que engendre semilla y árboles frutales que den fruto según su especie y que lleven semilla sobre la tierra. Y así fue. 12La tierra brotó hierba verde que engendraba semilla según su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla según su especie. Y vio Dios que era bueno. 13Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero. 14Y dijo Dios: -Que existan lumbreras en la bóveda del cielo para separar el día de la noche, para señalar las fiestas, los días y los años; 15y sirvan de lumbreras en la bóveda del cielo para alumbrar la tierra. Y así fue. 16E hizo Dios las dos lumbreras grandes: la lumbrera mayor para regir el día, la lumbrera menor para regir la noche, y las estrellas. 17Y las puso Dios en la bóveda del cielo para dar luz sobre la tierra; 18para regir el día y la noche, para separar la luz de la tiniebla. Y vio Dios que era bueno. 19Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto. 20Y dijo Dios: -Bullan las aguas con un bullir de vivientes, y vuelen pájaros sobre la tierra frente a la bóveda del cielo. 21Y creó Dios los cetáceos y los vivientes que se deslizan y que el agua hizo bullir según sus especies, y las aves aladas según sus especies. 22Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo, diciendo: -Creced, multiplicaos, llenad las aguas del mar; que las aves se multipliquen en la tierra. 23Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto. 24Y dijo Dios: -Produzca la tierra vivientes según sus especies: animales domésticos, reptiles y fieras según sus especies. Y así fue. 25E hizo Dios las fieras de la tierra según sus especies, los animales domésticos según sus especies y los reptiles del suelo según sus especies. Y vio Dios que era bueno. 26Y dijo Dios: -Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que ellos dominen los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos y todos los reptiles. 27Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 28Y los bendijo Dios y les dijo Dios: -Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se mueven sobre la tierra. 29Y dijo Dios: -Mirad, os entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la faz de la tierra; y todos los árboles frutales que engendran semilla os servirán de alimento; 30y a todos los animales de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra -a todo ser que respira-, la hierba verde les servirá de alimento. Y así fue. 31Y vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto. 2 1Y quedaron concluidos el cielo, la tierra y sus muchedumbres. 2Para el día séptimo había concluido Dios toda su tarea; y descansó el día séptimo de toda su tarea.


Explicación.

1,1-2,4a. El autor toma la imagen  del mundo tal como la veía la ciencia de entonces. La simplifica y estiliza en seres y grupos elementales. División y oposición son principio de orden y armonía (Eclo 33,7-15), clasificación y nomenclatura son principios de conocimiento organizado. Esa visión empírica es proyectada globalmente al momento del primer existir, y allí aparecen en acción dos principios dinámicos: el aliento de Dios, que incuba y transforma el caos en cosmos, y la palabra soberana de Dios, que da orden de existir, asigna puesto y nombre, bendice.

Para la realización literaria el autor opera con breves fórmulas, que repite con calculada diversidad. La composición está regida por dos principios numéricos: el diez del decir de Dios y el siete de los días; entre éstos ocupan ocupan puesto clave el primero, el cuarto y el séptimo: luz, astros, descanso. La semana de seis días laborables y uno de descanso (división del mes lunar) se proyecta al tiempo primordial, presentando la acción de Dios a imagen del hombre (Éx 20,11). La analogía hace realzar la diferencia: la acción de Dios es soberana y eficaz, las obras son el universo, la tarea es perfecta.

Dios es el soberano que da órdenes y se cumplen, es el artesano que ejecuta y contempla complacido la obra bien hecha, es el poeta que pronuncia los nombre primigenios. Por la acción de Dios y su aprobación auténtica, toda la creación y sus partes es buena y bella, armoniosa y no confusa. Dios crea algunos seres individuales y únicos, otros según su especie, de modo que se prolongue y crezca por la fecundidad, en una forma de creatividad delegada.

La corona de todos es el hombre, imagen de Dios por señorío recibido (Sal 8), quizá como interlocutor en la tierra de Dios; varón y hembra como sede de fecundidad compartida y como primera célula social. Puede compararse este poema hierático con otros de tema semejante; Sal 104 y 148; Eclo 43; y numerosas referencias al Dios Creador: por la palabra y el aliento Sal 33; Jn 1, con la colaboración de la Sabiduría trascendente Prov 8.

1,1. "Cielo y tierra" componen la totalidad, equivalen a universo (cfr. Sal 115,16).

1,2. Caos y tiniebla representan imaginativamente el no ser. En vez de "aliento de Dios" otros traducen como superlativo "un viento impetuoso": más problable la primera, según Sal 33 y Eclo 24,3.  2 Cor 4,6: es una luz que trasciende las lumbreras del cuarto día.

1,4. Is 45,7.

1,6. Sal 19,2.

1,9. Sal 24,2; 33,7.

1,11. Hierba y árboles abarcan el mundo vegetal entero. Sal 65,10-14.

1,14. Hay una distinción implícita, entre un tiempo de una semana trascendente, y el tiempo que inauguran y articulan cíclicamente el sol y la luna. "Lumbreras": no luz ni divinidades (cfr. Dt 4,19; Job 31,26).

1,20. Sal 8,9.

1,24. Job 39.

1,26-27. Declaración programática. En todo lo que sigue se hablará de Dios en analogías humanas: forma legítima, única posible, porque sólo el hombre es imagen de Dios. Eclo 17,1-4; Sal 8,7-9.

1,27. 1 Cor 11,7.

1,28. Dominio: Sal 8; Jr 27,6.

1,29-30. Es un régimen vegetariano.

1,31. Eclo 33,16-25.32-35.

2,1. Éx 20,11; Jn 5,17.

SALMO 104,1-2.5-6.10.12-14.24.35

(Eclo 43)


1Bendice, alma mía, al Señor:
Señor Dios mío, eres inmenso.

Te revistes de belleza y majestad,


2la luz te envuelve como un manto.

Despliegas los cielos como una tienda,
5Asentaste la tierra sobre su cimiento


y no vacilará nunca jamás.

6La cubriste con el vestido del océano;

y las aguas asaltaron las montañas. 

10De los manantiales sacas torrentes
que fluyen entre los montes; 
12Junto a ellos habitan las aves del cielo
Desde las frondas envían su canción.
13Desde tus salones riegas las montañas,

y la tierra se sacia de tu acción fecunda.

14Haces brotar hierba para el ganado

y forraje para las tareas del hombre: 

24¡Cuántas son tus obras, Señor,

y todas las hiciste con maestría:


la tierra está llena de tus criaturas! 
35Que se acaben los pecadores en la tierra,

que los malvados no existan más.

Bendice, alma mía, al Señor. Aleluya.
Explicación.
104,1 b-2a Como en Gn 1, la primera criatura mencionada es la luz; pero ¡qué diversa es la función! Aquí es un manto que revela la majestad.
104,2b-3a Corresponde a la segunda criatura de Gn 2. Pero, en vez de "firmamento" o bóveda, aparece un pabellón con salones superiores, por encima de las agua celestes. 
104,5-6 El tercer día de Gn 1 se emplea en separar la tierra firme del mar. Lo mismo aquí. El formidable fehom queda reducido a vestidura: la tierra se viste de océano. Algunos interpretan 6b: "las aguas estaban sobre las montañas"; pero no es ése el significado normal del verbo, y además, el reproche que sigue presupone una conducta reprochable. Pero no excluyo una alusión al diluvio (9).  
104,10-12 Estos tres versos son en el AT lo más cercano a un intento de paisaje literario, en pinceladas sin desarrollar. El paisaje está animado y regido por el agua: el poeta la ve brotar en manantiales, fluir entre montañas, atraer animales sedientos, regar árboles donde anidan y cantan pájaros.
104,13-15 Cuatro versos se ocupan de la tierra fértil por sí o cultivada. La acción de Dios es sustentadora y activadora de la actividad de sus criaturas. Según Gn 1, el tercer día creó Dios plantas de semilla y árboles frutales. La actividad del labrador se inserta en este contexto.
104,13 "Tareas": si se toma el sustantivo hebreo como abstracto por concreto, significa las bestias de labor: véase Prov 14,4.
104,14-15 Escoge tres productos básicos, que no faltan en las listas de productos esenciales: Eclo 38,26. 
104,24 Las "obras" incluyen toda la variada actividad divina. "Maestría" es el saber hacer, la sabiduría del artesano. "La tierra está llena": Is 45,18. El salmo no habla del desierto inhabitado. 
104,35 Verso inesperado. Algo turba la armonía y belleza de la creación: los pecadores, los malvados. Si se pudieran desterrar de esta tierra maravillosa ...

Transposición cristiana.


Podemos leer o cantar este salmo a la luz de Jesucristo glorificado. Como maestros tomaremos a los místicos, a San Juan de la Cruz.   

O

SALMO 33,4-7.12-13.20-22.   


4 Que la palabra del Señor es recta
y toda su actividad está acreditada.
5 Ama la justicia y el derecho
y su misericordia llena la tierra.
6 Por la palabra del Señor se hizo el cielo,
por el aliento de su boca sus ejércitos.
7 Encierra en un odre las aguas marinas
y mete en depósitos los océanos.  
12 Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que se escogió como heredad.
13 Desde el cielo se fija el Señor
mirando a todos los hombres.     
20 Nosotros aguardamos al Señor
que es nuestro auxilio y escudo;
21 lo festeja nuestro corazón
y en su santo nombre confiamos.
22 Que tu misericordia nos acompañe,
Señor, como lo esperamos de ti.

Explicación. 

33,4-5 Del Señor quiere decir mucho en poco espacio y lo estiliza en tres aspectos: "palabra - obra - amor". Al principio insiste en la "justicia": ¿por què? El salmo va a presentar a un Dios que parece discriminar pueblos, parece elegir arbitrariamente, parece complacerse en el fracaso humano. Aunque el salmo no se ocupa de teodicea, quiere asentar como programa la justicia de su Dios en palabras, obras y sentimientos. A la justicia acompaña la misericordia, para que no sea despiadada ni inexorable; retoma en los vv. 18 y 22.

33,4 Sal 11,7.

33,6-9 El Creador. Acaba de alabar palabra y obra; ahora dice que Dios habla por la palabra, que suena y actúa en la frontera última y primera del ser y el no ser. Lo escueto del v.9 es su acierto. El poeta empareja palabra con aliento y soplo. La ecuación se apoya en una observación obvia: las palabras son emisión modulada de aliento. Se añade el valor simbólico potencial: con el aire que respiramos, hecho palabra, nuestro espíritu se comunica. Y también el de Dios.

33,6 Ejércitos del cielo son los astros, ordenados y obedientes.

33,7 En el océano se agitan olas y corrientes. Para que no se desmanden, el Señor las encierra en un gigantesco odre, las aglutina en un dique.

33,12 La elección es única, exclusiva, iniciativa de Dios sin mención de méritos. También esta decisión es justa: cfr. Dt 33,29.

33,13-15 Prolonga dos líneas precedentes juntándolas: la línea de la "justicia" se completa con el conocimiento adecuado del juez; la línea de los proyectos humanos se prolonga en la penetración hasta el "corazón", donde fraguan los planes antes de su ejecución. Dios puede frustrar un proyecto en su fuente. Abarca a todos los hombres sin distinción.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Podemos fijarnos en la escena de Getsemaní: en la oración de Jesús para aceptar el designio del Padre; en el intento armado de un discípulo contra el plan de Dios. En el prólogo de Juan, 1,3 se cita o se alude a los versos 6.9 del Salmo.

2 Génesis 22,1-18 o Génesis 22,1-2.9-13.15-18

1Después de estos sucesos, Dios puso a prueba a Abrahán, diciéndole:
-¡Abrahán!
Respondió:
-Aquí me tienes.
2Dios le dijo:
-Toma a tu hijo único, a tu querido Isaac, vete al país de Moria y ofécemelo allí en sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré.
3Abrahán madrugó, aparejó el asno y se llevó a dos criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que le había indicado Dios. 4Al tercer día, levantó Abrahán los ojos y divisó el sitio a lo lejos. 5Abrahán dijo a sus criados:
-Quedaos aquí con el asno; yo y el muchacho iremos hasta allá para adorar a Dios, y después volveremos con vosotros.
6Abrahán tomó la leña para el holocausto, se la cargó a su hijo Isaac y él llevaba el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos.
7Isaac dijo a Abrahán, su padre:
-Padre.
Él respondió:
-Aquí estoy, hijo mío.
El muchacho dijo:
-Tenemos fuego y leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?
8Abrahán le contestó:
-Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío.
Y siguieron caminando juntos.
9Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí un altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. 10Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; 11pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo:
-¡Abrahán, Abrahán!
Él contestó:
-Aquí estoy.
12Dios le ordenó:
-No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ya he comprobado que respetas a Dios, porque no me has negado a tu hijo, tu único hijo.
13Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en los matorrales. Abrahán se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo. 14Abrahán llamó a aquel sitio "El Señor provee"; por eso se dice aún hoy "el monte donde el Señor provee".
15Desde el cielo, el ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán:
16-Juro por mí mismo -oráculo del Señor-: Por haber obrado así, por no haberte reservado tu hijo, tu hijo único, 17te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos. 18Todos los pueblos del mundo se bendecirán nombrando a tu descendencia, porque me has obedecido.

Explicación.

22,1. La intervención de Dios, al principio y al final, es el marco que abarca e ilumina el desarrollo. La ignorancia del protagonista es parte de la prueba; la no ignorancia del lector respecto a Abrahán o de éste respecto al hijo es fuente de ironía dramática: el diálogo se carga de doble sentido. Dt 13,3.

22,1-19. Leído a la luz de la historia de las religiones, este capítulo registraría el descubrimiento de que Dios ya no quiere sacrificios humanos. El tema está bien presente en el AT: Lv 18,21; Dt 12,31; 2 Re 3,27; 16,3; 17,31; 21,6; Jr 7,31; 32,35; Ez 16,20; 20,25; Sal 107,38; Sab 14,23.

El autor define el relato "una prueba": el hombre se enfrenta con una situación que lo obliga a reaccionar libremente. No muestra lo que ya es, sino que se hace y al hacerse se muestra (Dt 8,3-6). Al superar la prueba, es otro. Por la prueba se comprueba. La prueba de Abrahán no es simplemente el sacrificio de un hijo, sino de tal hijo. Isaac es don particular de Dios, prueba de su amor omnipotente; es la promesa cumplida, o palabra hecha carne y hueso. El viejo patriarca tiene que sacrificar un hijo que ama y una promesa cumplida que reconoce; y tiene que seguir creyendo y esperando. Tiene que sacrificar una experiencia e idea adquirida de Dios, para abrirse a otra nueva a través del misterio. Levantando el cuchillo sobre su hijo, el que había cortado con el pasado saliendo de su patria, va a cortar el futuro que se contiene en Isaac.

El relato es modelo de contención y economía, sugiere más que dice; el ritmo se retarda o acelera eficazmente; los silencios de los personajes pesan más que las palabras.

Llegara un día en que Dios aceptará el sacrificio humano, como expresión de su amor al hombre y para salvarlo. En prenda de amor, el Padre no se reserva a su Hijo único, sino que lo entrega para la salvación del mundo (Jn 3,16; Rom 8,32). La tradición unánime de la Iglesia ha visto en Isaac un tipo de Cristo.

22,2. Son enfáticas las palabras de Dios. Moria: lugar desconocido que 2 Cr 3,1 identifica con Jerusalén. Una tradición posterior lo identifica con el calvario. El sacrificio será al estilo del holocausto: se mata a la víctima y se la deja consumir en el fuego. Lv 18,21.

22,5. Abrahán dice "volveremos" para no despertar sospechas.

22,6-8. Leña, carga del hijo, terrible para el padre consciente; fuego y cuchillo, carga del padre, junto al hijo inconsciente. Como Cristo, cargado a sabiendas con su cruz. El diálogo es escueto, y en la brevedad lleva la fuerza. De nuevo Abrahán predice sin saberlo; el lector no sabe que "Dios proveerá".

22,9. Por este verbo "atar" llaman los judíos al episodio la ´aqeda o atadura. El narrador implica que el muchacho no opone resistencia.

22,13. "En lugar del hijo": como en el rescate de primogénitos (Éx 12,13-15).

22,14. Corregido. El texto masorético juega con dos formas del mismo verbo: "Yhwh provee... monte del Señor se muestra".

22,15-18. Renovación de las promesas divinas del cap 12 y 15, con una adición de tono militar en el v. 17; posible alusión a la ocupación de Palestina o a la conquista de Jerusalén por David.        
           
SALMO 16,5.8-11.

5 El Señor es la porción de mi lote y de mi copa;
tú controlas mi suerte: 
8 Pongo siempre al Señor ante mí,
con él a mi derecha no vacilaré.
9 Por eso se me alegra el corazón,
siento un gozo entrañable,
aun mi carne habita segura;
10 pues no entregarás mi vida al Abismo,
ni dejarás al fiel tuyo ver la fosa;
11 me enseñarás un camino de vida,
me colmarás de gozo en tu presencia,
de delicias perpetuas a tu diestra.

Explicación.

16,5 En el reparto de la tierra los levitas no reciben un lote, pues deben vivir del templo: Nm 18,20s; Dt 10,9; 18,1.

Este verso pesa mucho en la reconstrucción del comienzo.

16,8 También excepcional por el verbo tan escogido y por ser el orante sujeto: la presencia de Dios se hace constante en la conciencia. Véase en contraste Ez 14,3. "Vacilar": en el supuesto, sacerdotal, o en la posición, vital.

16,9 kabod puede sustituir a un pronombre enfático de primera persona. Se sospecha que el original decía kabed=hígado, o sea, un gozo visceral. También es expresión única "mi carne habita", pienso que inducida por el tema del reparto de la tierra. Mi carne, tan débil y caduca, se establece con seguridad, por lo que sigue.

16,10 Siendo Dios "mi dueño", a él pertenezco, no al polvo, y nadie me podrá arrebatar, ni el poder supremo de la muerte. La experiencia de la intimidad con Dios hace vislumbrar la inmortalidad, como en el Sal 73 y quizá en Sal 49,16.

16,11 Aunque bien establecido, se encuentra en camino: vivir es progresar hacia un término positivo: gozo, saciedad, delicias sin fin. Moisés pidió al Señor que le mostrara el camino, y el Señor accedió (Éx 33,13); pidió ver su gloria, y el Señor le enseño su bondad, no su rostro (Éx 33,18-20). El orante del salmo comienza con la "bondad"; al final Dios le enseña el camino y muestra su rostro. Más allá no queda nada.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Aplican el salmo a Cristo resucitado. Hch 2,24 y 13,34. Pronunciado por Cristo, con variedad de aplicaciones, puede ser pronunciado por el cristiano con la esperanza segura de su resurrección.

Éxodo 14,15--15,1.
 15El Señor dijo a Moisés:
16-¿Por qué me gritas? Di a los israelitas que avancen. Tú alza el bastón y extiende la mano sobre el mar, y se abrirá en dos, de modo que los israelitas puedan atraversalo a pie enjuto. 17Yo haré que el Faraón se empeñe en entrar detrás de vosotros y mostraré mi gloria derrotando al Faraón con su ejército, sus carros y jinetes; 18para que sepa Egipto que yo soy el Señor, cuando muestre mi gloria derrotando al Faraón con sus carros y jinetes.
19El ángel de Dios, que caminaba delante del campamento israelita, se levantó y pasó a su retaguardia; la columna de nubes que estaba delante de ellos se pasó detrás de ellos, 20metiéndose entre el campamento egipcio y el campamento israelita; la nube se oscureció y la noche quedó oscura, de modo que no pudieron acercarse unos a otros en toda la noche.
21Moisés extendió la mano sobre el mar, el Señor hizo retirarse el mar con un fuerte viento de levante que sopló toda la noche; el mar quedó seco y las aguas se dividieron en dos. 22Los israelitas entraron por el mar a pie enjuto, y las aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda. 23Los egipcios, persiguiéndolos, entraron detrás de ellos por el mar, con los caballos del Faraón, sus carros y sus jinetes.
24De madrugada, miró el Señor desde la columna de fuego y de nubes y desbarató al ejército egipcio. Trabó las ruedas de los carros, haciéndolos avanzar pesadamente. Los egipcios dijeron:
-Huyamos de los israelitas, porque el Señor combate por ellos.
26Pero Dios dijo a Moisés:
-Tiende tu mano sobre el mar, y las aguas se volverán contra los egipcios, sus carros y sus jinetes.
27Moisés tendió su mano sobre el mar: al despuntar el día el mar recobró su estado ordinario, los egipcios en fuga dieron en él, y el Señor arrojó a los egipcios en medio del mar. 28Las aguas, al reunirse, cubrieron carros, jinetes y todo el ejército del Faraón que habían entrado en el mar en seguimiento de Israel, y no escapó uno solo. 29Pero los israelitas pasaron a pie enjuto por el mar, mientras las aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda.
30Aquel día libró el Señor a los israelitas de los egipcios, y los israelitas vieron los cadáveres de los egipcios a la orilla del mar. 31Los israelitas vieron la mano de Dios magnífica y lo que hizo a los egipcios, temieron al Señor y se fiaron del Señor y de Moisés, su siervo.
15  1Entonces Moisés y los isralitas cantaron este canto al Señor:
"Cantaré al Señor,
sublime en su victoria,
caballos y jinetes
ha arrojado en el mar.

Explicación.

14,15-18. La pregunta de Dios supone una pieza que falta: una oración de Moisés como en 5,22-23. Se repite el esquema de mandato y anuncio. La acción avanzará para afrontar el límite extremo del peligro. Allí se mostrará la gloria del Señor.

14,16. Sal 106,9; Is 11,15s.

14,19-20. Estos dos versos interrumpen el curso narrativo normal, que sería ejecución del mandato y cumplimiento del anuncio. La función narrativa es diferir la solución y hacer sitio para una descripción de gran densidad simbólica. La nube conductora desempeña una función nueva: adensar la oscuridad e inmovilizar a los actores hasta el momento oportuno.

14,20. Sal 34,8.

14,21-22. En la oscuridad y silencio de la noche pelean dos elementos cósmicos: el mar hostil, devorador y el viento al servicio de Dios (Sal 104,4). Como en un nuevo Génesis, como al final del diluvio, el aguarece en medio de ella. El agua hostil se transforma en muralla protectora, en pasillo seguro hacia la luz de la mañana. Derecha e izquierda significan también sur y norte, y se prestan a una reflexión simbólica.

14,23. Sab 10,18s.

14,24. Se menciona un elemento que faltaba, el fuego. El momento es la tercera vela en que se divide de ordinario la noche. La salvación llega por la mañana (Sal 17,15; 57).

14,26. Nuevo mandato, sin anuncio, y ejecución inmediata. Como las aguas, el desenlace se precipita.

14,30-31. Muerte y vida con libertad es el final del juicio de separación. Los israelitas son testigos y por ello cambian de actitud interna. El mieddo de antes se transforma en "respeto" reverencial (la misma palabra hebrea) y la desconfianza se cambia den fe. Es casi un nacimiento del pueblo.

14,30. Is 37,36.

15,1-2. "Jinetes" o aurigas. Los antiguos egipcios usaban carros ligeros, no cabalgaban; pero el autor del poema quizá no conociera ese dato. "Poder": por coherencia de una probable hendíadis, o música. El Señor: en la forma apocapada Yah. "Mi padre": sería Jacob, padre de las doce tribus.  
            
(Ps) Éxodo 15,1-6.17-18.

1Entonces Moisés y los israelitas cantaron este canto al Señor:
"Cantaré al Señor,
sublime en su victoria,
caballos y jinetes 
ha arrojado en el mar.
2Mi fuerza y mi poder
es el Señor,
él fue mi salvación.
Él es mi Dios: yo lo alabaré;
el Dios de mi padre:
yo lo ensalzaré.
3El Señor es un guerrero,
su nombre es el Señor.
4Los carros y la tropa del Faraón
los lanzó al mar,
ahogó en el Mar Rojo
a la flor de los capitanes.
5Las olas los cubrieron,
bajaron hasta el fondo
como piedras.
6Tu diestra, Señor, es fuerte
y magnífica;
tu diestra, Señor,
tritura al enemigo;
17Lo introduces y lo plantas
en el monte de tu heredad,
lugar del que hiciste
tu trono, Señor;
santuario, Señor,
que fundaron tus manos.
18El Señor reina
por siempre jamás".

Explicación.

15,1-2. "Jinetes" o aurigas. Los antiguos egipcios usaban carros ligeros, no cabalgaban; pero el autor del poema quizá no conociera ese dato. "Poder": por coherencia de una probable hendíadis, o música. El Señor: en la forma apocapada Yah. "Mi padre": sería Jacob, padre de las doce tribus.

15,3. Al principio del canto Yhwh lleva un título militar; al final lleva el titulo de Rey: (Sal 24,8; 96,1; 99,1; etc.)

15,4. El canto menciona mar, aguas, olas o corrientes, profundidades: un mar que en el poema tiene algo de oceánico. El Señor lo controla: Is 51,15; Jr 31,35.

Isaías 54,5-14.
5Pues el que te hizo te toma por esposa:
su nombre es Señor de los ejércitos.
Tu redentor es el Santo de Israel,
se llama Dios de toda la tierra.
6Como a mujer abandonada y abatida
te vuelve a llamar el Señor;
como a esposa de juventud, repudiada
-dice tu Dios-.
7Por un instante te abandoné,
pero con gran cariño te reuniré.
8En un arrebato de ira
te escondí un instante mi rostro,
pero con lealtad eterna te quiero
-dice el Señor, tu redentor-.
9Me sucede como en tiempo de Noé:
juré que las aguas del diluvio
no volverían a cubrir la tierra;
asú juro no airarme contra ti
ni reprocharte.
10Aunque se retiren los montes
y vacilen las colinas,
no te retiraré mi lealtad
ni mi alianza de paz vacilará
-dice el Señor, qu te quiere-.
11¡Oh afligida, zarandeada, desconsolada!
Mira, yo mismo te coloco
piedras de azabache, te cimento con zafiros,
12te pongo almenas de rubí,
y puertas de esmeralda,
y muralla de piedras preciosas.
13Tus hijos serán discípulos del Señor,
tendrán gran paz tus hijos.
14Tendrás firme asiento en la justicia;
quedará lejos la opresión,
y no tendrás que temer,
y el terror, que no se te acercará.

Explicación.
54,5. El marido da nombre a la mujer (Is 4,1); el Señor tiene un nombre ilustre y único. El "Dios de toda la tierra" escoge una ciudad, como escogió un pueblo en propiedad (Éx 19,5). El Señor es santo y santa será la ciudad (52,1), como debía serlo el pueblo (Éx 19,6).

54,6. Véase Jr 2,2; 3,1-13.

54,7-8. Puede más el amor incondicional; Os 2.

54,10. Véanse Sal 46,3; Hab 3,6; Job 14,18.

54,11-17. En esa segunda parte domina la imagen física de la ciudad, que ha de ser reconstruida. La ciudad está amenazada por un peligro interno y otro externo. Interno sería faltar a su destino de justicia (Sal 122; Is 1,21-26). El externo, provocado por el interno, sería el ataque justificado del enemigo. Justificado en el fuero del enemigo y el de Dios (es la teología de Jeremías). Así sucedió. Pero ahora la nueva era vence ambos peligros: la ciudad será reconstruida con riqueza y belleza fantásticas; volverá a ser morada de justicia; el enemigo no podrá acusarla ni condenarla ni atacarla con éxito.

54,11. Véase Os 1,5.8; 2,3.25.

54,12. Véanse Tob 13,16s; Ap 21,10-21.

54,13. "Hijos": con cambio de vocal diría que los "constructores" son aprendices del Señor.
                
Salmo 30,2.4-6.11-13. 

2 Te ensalzaré, Señor, porque has tirado de mí
y no has dado la victoria a mis enemigos.
4 Señor, alzaste mi vida del Abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.
5 Tañed para el Señor, sus adictos,
dad gracias a su nombre santo:
6 Un instante dura su cólera,
toda la vida su favor;
al atardecer se hospeda el llanto,
al amanecer el júbilo.
11 Escucha, Señor, ten piedad,
Señor, socórreme.
12 Cambiaste mi luto en danza,
me desataste el sayal
y me ceñiste de fiesta.
13 Así te canta mi alma sin callarme,
Señor Dios mío, te daré gracias siempre.
Explicación.

30,2 El verbo significa tirar de, jalar. El enemigo triunfante podría ser la Muerte personificada, como en Jr 9,20; Sal 49,15; Job 28,22.

30,4 "Bajar a la fosa" es expresión descriptiva corriente: Sal 28,1; 88,5; 143,7.

30,6 Alternativa: "su cólera inspirada ansiedad, su favor da vida". Compárese con Is 54,7.

30,12 Del luto ritual pasa a la danza festiva: Éx 15,20; Jue 11,34; 21,21.

30,13 "Por siempre": ¿qué significa esta frase en el horizonte mental del autor? Lo ha dicho en el v.7 y fue presunción. Esta vez la muerte no ha lanzado la carcajada del triunfo, pero al final cantará victoria (Sal 49,9). Si esta vez no ha sucedido, pronto bajará el orante a la fosa y ya no alabará a su Dios. Para él "por siempre" significa mientras viva: Ex 21,6; Lv 25,46.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

En el horizonte cristiano la última frase consigue la plenitud de sentido. Primero en Cristo (Jn 17), después en los cristianos. Pablo llama a la muerte "el último enemigo" (1 Cor 15,26) y anuncia su derrota final (1 Cor 15,56). 

5 Isaías 55,1-11.

1Alianza del Señor (2 Sm 7; Sal 89)

 1¡Atención, sedientos!, acudid por agua,
también los que no tenéis dinero:
venid, comprad trigo, comed sin pagar,
vino y leche de balde.
2¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta?,
¿y el salario en lo que no da hartura? 
Escuchadme atentos, y comeréis bien,
saborearéis platos sustanciosos.
3Prestad oído, venid a mí, escuchadme y viviréis.
Sellaré con vosotros alianza perpetua,
la promesa que aseguré a David:
4a él le hice mi testigo para los pueblos,
caudillo y soberano de naciones;
5tú llamarás a un pueblo desconocido,
un pueblo que no te conocía correrá hacia ti:
por el Señor, tu Dios;
por el Santo de Israel, que te honra.

La palabra del Señor (Is 40,6-8).

6Buscad al Señor mientras se deje encontrar,
invocadlo mientras esté cerca;
7que el malvado abandone su camino
y el criminal sus planes;
que regrese al Señor, y él tendrá piedad;
a nuestro Dios, que es rico en perdón.
8Mis planes no son vuestros planes,
vuestros caminos no son mis caminos
-oráculo del Señor-.
9Como el cielo está por encima de la tierra,
mis caminos están por encima de los vuestros
y mis planes de vuestros planes.
10Como bajan la lluvia y la nieve del cielo,
y no vuelven allá, sino que empapan la tierra,
la fecundan y la hacen germinar,
para que dé semilla al sembrador
y pan para comer,
11así será mi palabra, que sale de mi boca:
no volverá a mí vacía,
sino que hará mi voluntad
y cumplirá mi encargo.

Explicación.

55,1-3a. El heraldo adopta el estilo de un pregonero ambulante (cfr. Prov 1,20; 8,1), que ofrece de balde una mercancía abundante y excelente: agua y pan del primer éxodo, leche de la tierra prometida, vino del banquete, enjundia del sacrificio de comunión (Sal 63,6; 65,12). Y la vida prometida en Dt.

55,3b-5. Coincide con varios temas y expresiones del Salmo 89: alianza, perpetua, lealtad y fidelidad, testigo. Es como si en el texto presente el Señor respondiese al problema planteado en dicho salmo. En cambio, 5a procede de otro salmo davídico: 18,44.

55,6-11. Palabra y camino. El heraldo ha pronunciado muchas palabras: tan magníficas que resultan increíbles; además algunas eran tan extrañas. ¿Serán verdad? Sí, porque el Señor que las pronunció las cumplirá. Lo que pasa es que Dios tiene otro estilo o modo de planear y actuar (40,14s).

El hombre tiene que superar su perspectiva a ras de tierra para remontarse a la perspectiva celeste y comprender el acierto del "camino" de Dios.

En transposición ética: el pueblo emprenderá pronto el camino de vuelta; pero ese camino pasa por la vuelta al Señor (Éx 19,4). Por el pecado desterrados, por la conversión repatriados.  
         
55,7. "Rico en perdón": Éx 34,9; 1 Re 8, 30.34.36.39.50.

55,10-11. Entre la cercanía (6) y la lejanía (9) de Dios media su palabra, que baja del cielo para realizar y revelar la salvación. Es como la lluvia: bendición primaria, don activo que desata actividad, riego que fecunda y hace engendrar. Su ritmo no es el de la eficiencia sino el de la fecundidad. La lluvida pone en movimiento un ciclo: alimento hoy, semilla para la cosecha de mañana.
   
(Ps) Isaías 12,2-6.

Himno (Sal 98). 

2Siendo Dios mi salvador, confío y no temo
porque mi fuerza y poder es el Señor,
él fue mi salvación.
3Sacarás agua con gozo
del manantial de la salvación.
4Aquel día, recitareis: Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.
5Tañed para el Señor, que hizo proezas,
que las conozca toda la tierra;
6grita jubilosa, Sión, la princesa,
que es grande en medio de ti el Santo de Israel.

Explicación.

12,2. Confiar y no temer: 7,1-9; 8,12. Con una cita de Éx 15,2.

12,3. La salvación es como una fuente inagotable. Puede evocar las fuentes milagrosas del desierto (Éx 17,6), enlaza con la fuente de Siloé (8,6), y es en último término Dios como fuente siempre manante (Jr 2,13).

12,4-5. Nombre y renombre: nombre revelado para la invocación (Éx 3,15), renombre ganado con sus proezas y que el pueblo escogido debe difundir a todo el mundo.

12,6. Sión representa tradicionalmente a la comunidad, como capital del reino. El título Santo: 6,3; 8,13.       

 6 Baruc 3,9-15.32--4,4
9Escucha, Israel, mandatos de vida;
presta oído para aprender prudencia.
10¿A qué se debe, Israel,
que estés aún en país enemigo,
que envejezcas en tierra extranjera,
11que estés contaminado
entre los muertos y te cuenten
con los habitantes del Abismo?
12-Es que abandonaste la fuente de la sabiduría.
13Si hubieras seguido el camino de Dios,
habitarías en paz para siempre.
14Aprende dónde se encuentra la prudencia,
dónde el valor y dónde la inteligencia;
así aprenderás dónde se encuentra la vida larga,
y dónde la luz de los ojos y la paz.
15-¿Quién encontró su puesto
o entró en sus almacenes?
32El que todo lo sabe lo conoce,
y la examina, y la penetra.
El que creó la tierra para siempre
y la llenó de animales cuadrúpedos;
33envía el rayo y él va,
lo llama y le obedece temblando;
34a los astros, que brillan gozosos
en sus puestos de guardia,
35los llama y responden "¡Presentes!",
y brillan gozosos para su Creador.
24¡Qué grande es, Israel, el templo de Dios;
qué vastos son sus dominios!
25Él es grande y sin límites,
es sublime y sin medida.
36Él es nuestro Dios
y no hay otro frente a él:
37investigó el camino de la inteligencia 
y se lo enseño a su hijo Jacob;
a su amado, Israel.
38Después apareció en el mundo 
y vivió entre los hombres.
4 1Es el libro de los mandatos de Dios, la ley de validez eterna:
los que la guarden vivirán,
los que la abandonen morirán.
2Vuélvete, Jacob, a recibirla,
camina a la claridad
de su resplandor;
3no entregues a otros tu gloria
ni tu dignidad
a un pueblo extranjero.
4¡Dichosos nosotros, Israel,
que conocemos lo que agrada al Señor!

Explicación.

3,9. El comienzo es eco de Dt 4,1.6; 6,4 y de Is 1,2.10.

3,10-11. "Envejezcas": da a entender que ya pasó una buena etapa en el destierro. Los "muertos" contaminan con su contacto, aun mediato (Lv 16,29; 23,27; Nm 19,11-13; Eclo 35,25). También puede contaminar el país extranjero (Am 7,17); vivir en tierra extranjera es como estar muerto (Ez 37,11).

3,12. La "fuente de la sabiduría" es Dios.

3,13. Como el camino que Dios señala por el desierto conduce al reposo de la tierra, así el camino que trazan los mandamientos conducen a la paz (compárese Is 48,18 con 59,8).

3,14. Correspondencia global de tres virtudes y tres dones.

3,15. Comienza a describir la gran búsqueda fracasada: se busca una sabiduría que garantice la vida y le dé sentido; la vana tarea ha movilizado a toda clase de hombres. Se imagina la sabiduría en términos espaciales: como un tesoro oculto, en un paraje ignorado, al término de un camino desconocido. Trasladando 24-25, obtenemos una serie coherente definida por inclusión menor de 15 y 31.

3,32-35. Dios demuestra que posee la sabiduría con su actividad creadora y su dominio sobre la creación. Su soberanía se concentra en tres zonas o esferas: los animales en la tierra, los astros en el cielo, la luz o el rayo comunicado a ambos.

3,24. Es dudosa la interpretación. Se puede leer los dos miembros como complementarios: templo = cielo, dominios = tierra (Sal 24,1). O bien como sinónimos: casa y dominios son el universo.

3,25. También es dudoso, porque el griego no cambia de sujeto. Si se refiere a los dominios, el verso pondera las dimensiones ilimitadas del universo. Puede muy bien referirse a Dios, inmenso y eterno ( 1 Re 8,27; Sal 139; Eclo 43,28).

3,36. Ese Dios es el Dios de Israel (Jr 10,1-16).

3,37. Lo que el hombre no puede adquirir ni comprar, Dios se lo regala; lo que no puede encontrar, Dios se lo enseña. La verdadera sabiduría es revelación, que recibe y aprende el pueblo escogido (Dt 4,6).

3,38. Una vez comunicada, la sabiduría comienza a vivir en la tierra: es la idea de Prov 8,31 y Eclo 24,12. No es extraño que muchos Padres de la Iglesia hayan leído este verso en clave cristológica, apoyados en 1 Cor 1,24.

4,1-2. Pero el autor sigue la identificación de Dt 6,4 y Eclo 24,23: sabiduría = ley. Ley de vida según el Dt. Ley como luz: Is 2,2-5; Sal 19,9 y Sab 18,4.

4,4. El autor sigue mirando con optimismo a la ley. En lo cual no supera la teología del Deuteronomio: a Dios toca revelarla, al hombre cumplirla.
                           
Salmo 19,8-11.

8 La ley del Señor es perfecta:
devuelve el respiro;
el precepto del Señor es fiable:
instruye al ignorante;
9 los mandatos del Señor son rectos:
alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida:
da luz a los ojos;
10 el respeto del Señor es puro:
dura para siempre;
los mandamientos del Señor son genuinos;
justos sin excepción;
11 son más valiosos que el oro,
que el metal más fino;
son más dulces que la miel
que destila un panal. 

Explicación.
19,8-11 Tercera sección. Sin transición ni introducción entre un tema nuevo. Entra la ley abriendo paso a seis sentencias de una regularidad exasperante, como materializando en lenguaje el orden que intenta establecer. Sólo síes: falta una para la perfección.

Los predicados son en gran parte corpóreos: respiración, corazón, ojos; es límpida y pura, es estable y ofrece apoyo. Es razonable, no teme dar razones y así educa al inexperto sin dejarlo en su ignorancia. Es lúcida, no exige obediencia ciega, sino que ilumina los ojos. Da alegría interna, no es carga insoportable.

El último verso propone dos comparaciones: oro, símbolo y medida de valor; miel, manjar el más sabroso (Prov 16,24). El autor piensa en el contenido más que en la formalidad de la ley.

7 Ezequiel 36,16-28.
 Castigo y reconciliación. 

16Me dirigió la palabra el Señor:
17-Hijo de Adán, cuando la casa de Israel habitaba en su tierra la contaminó con su conducta y con sus malas obras; para mí su proceder fue como sangre inmunda. 18Entonces derramé mi cólera sobre ellos por la sangre que habían derramado en el país y por haberlo contaminado con sus ídolos. 19Los esparcí por las naciones y anduvieron dispersos por los países; según su proceder y sus malas obras los juzgué. 20Al llegar a las diversas naciones profanaron mi santo nombre, pues decían de ellos: "Éstos son el pueblo del 21Señor, han tenido que salir de su tierra". Entonces sentí lástima de mi nombre santo, profanado por la casa de Israel en las naciones adonde fue. 22Por eso, di a la casa de Israel:
Esto dice el Señor: No lo hago por vosotros, casa de Israel, sino por mi santo nombre, profanado por vosotros en las naciones adonde fuisteis. 23Mostraré la santidad de mi nombre ilustre profanado entre los paganos, que vosotros profanasteis en medio de ellos, y sabrán los paganos que yo soy el Señor -oráculo del Señor- cuando les muestre mi santidad en vosotros. 24Os rociaré con un agua pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar. 26Os infundiré mi espíritu y haré que caminéis según mis preceptos y que cumpláis mis mandatos poniéndolos por obra. 28Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres; vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios.

Explicación.

36,17. La terminología es cúltica: Lv 15, 19-24; 18,27s; Dt 21,22s.

36,25-27. En forma de promesa suena la respuesta a la petición del Salmo 51: el lavar interior (Cfr Nm 19, el corazón nuevo, el espíritu santo. El cambio interior hará posible y real el cumplimiento de los mandamientos. Compárese con Jr 31,31-34 y Rom 8,3. No basta curar un corazón enfermo (Is 1,5), hace falta un trasplante espiritual.

36,28. La fórmula de la alianza, tantas veces desmentida por el pueblo, sonará con verdad plena.
     
Salmo 42,3-5; Salmo 43,3-4 (Cuando se celebra al Bautismo).

42 3 Mi alma está sedienta de Dios,
del Dios vivo.
¿Cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?
4 Lágrimas son mi pan noche y día,
mientras me repiten todo el día:
¿Dónde esetá tu Dios?
5 Recordándolo me desahogo conmigo:
cómo pasaba al recinto
y avanzaba hasta la casa de Dios,
entre gritos de júbilo y acción de gracias,
en el bullicio festivo.

Explicación.

42,3 "Alma": nepesh es la garganta como órgano que experimenta la sed y como sede de la respiración / vida; es también símbolo del espíritu.

42,4 "¿Dónde está tu Dios?": aunque la frase podría ser pregunta curiosa de politeístas en país extranjero, el orante la escucha como burla o desafío, como un restregar la herida de ausencia.

42,5 Se desahoga hacia dentro: la soledad ilumina la interioridad. Del culto recuerda los aspectos sonoro y festivo.

43 3 Envía tu luz y tu verdad
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada,
4 y me acercaré al altar de Dios,
al Dios de mi gozo y alegría.
Te daré gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío.

Explicación.

42,3 "Alma": nepesh es la garganta como órgano que experimenta la sed y como sede de la respiración / vida; es también símbolo del espíritu.

42,4 "¿Dónde está tu Dios?": aunque la frase podría ser pregunta curiosa de politeístas en país extranjero, el orante la escucha como burla o desafío, como un restregar la herida de ausencia.

TRANSPOSICIÓN CRISTIANA.

Para el cristiano la presencia de Dios está en Jesucristo, verdadero y definitivo templo. Con todo, no puede decir que Dios esté siempre a su disposición. Hay en la vida cristiana tiempos de ausencia sentida, de noche oscura y escondimiento. Y en esta vida, nunca la presencia será total; tendremos que contar con la polaridad de ausencia y presencia. Eso enseñan los maestros espirituales y los místicos.

(Ps) Isaías 12,2-6 o Salmo 51,12-15.18-19 (Cuando no se celebra el Bautismo).

2Siendo Dios mi salvador, confío y no temo
porque mi fuerza y poder es el Señor,
él fue mi salvación.
3Sacarás agua con gozo
del manantial de la salvación.
4Aquel día, recitaréis: Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.
5Tañed para el Señor, que hizo proezas,
que las conozca toda la tierra;
6grita jubilosa, Sión, la princesa,
que es grande en medio de ti el Santo de Israel.

Explicación.

12,2. Confiar y no temer: 7,1-9; 8,12. Con una cita de Éx 15,2.

12,3. La salvación es como una fuente inagotable. Puede evocar las fuentes milagrosas del desierto (Éx 17,6), enlaza con la fuente de Siloé (8,6), y es en último término Dios como fuentes siempre manante (Jr 2,13).

12,4-5. Nombre y renombre: nombre revelado para la invocación (Éx 3,15), renombre ganado con sus proezas y que el pueblo escogido debe difundir a todo el mundo.

12,6. Sión representa tradicionalmente a la comunidad, como capital del reino. El título Santo: 6,3; 8,13.


51 12Crea en mí, Dios, un corazón puro,

renuévame por dentro con espíritu firme;

13no me arrojes lejos de tu rostro
ni me quites tu santo espíritu;

14devuélveme el gozo de la salvación,

afiánzame con un espíritu generoso.
15Enseñaré a los malvados tus caminos,

y los pecadores volverán a ti.

18Un sacrificio no te satisface;


si te ofrezco un holocausto, no lo aceptas.

19Para Dios sacrificio es un espíritu quebrantado,

un corazón quebrantado y triturado,
tú, Dios, no lo desprecias. 
Explicación.
51,12 El primero es un espíritu dispuesto; adjetivo al parecer contrario al viento, cuya esencia es moverse. En términos psicológicos y espirituales es un ánimo pronto, decidido (cfr. Mt 26,41).
51,13 El segundo es un espíritu santo; la petición es que Dios "no quite" lo que había dado. Leído en clave davídica, sería el espíritu de profecía, según 2 Sm 23,2. Leído en clave comunitaria, es retirar la condición de pueblo santo, consagrado: Ex 19,6; Is 62,12; anular la elección, rechazar, como muestra el paralelo de 2 Re 13,23.
51,14 El tercero es un espíritu "principesco", que denota la iniciativa espontánea, la generosidad y nobleza de ánimo. No una ley desde fuera, sino un dinamismo desde dentro.
51,15 Ya transformado, el orante podrá atarearse como predicador de conversión. Los caminos del Señor son la línea de conducta que él traza; el camino por donde podrán volver y que deberán seguir.
51,18 El verbo aceptar puede tener valor técnico en el lenguaje cúltico: es la aceptación de Dios la que convalida un sacrificio.
51,19 "Quebrantado, triturado": hay que retener la imagen hebrea, plástica, vigorosa; nosotros decimos "estoy hecho polvo". Por la

traducción griega y después la latina, la imagen perdió su materialidad y se convirtió en el concepto contrición, con su adlátere atrición. 
 Transposición cristiana
El salmo 51 es el Miserere, príncipe de los salmos penitenciales. Lástima que se haya desgajado del 50 y que no se haya valorado bastante la epíclesis o invocación al Espíritu. Podemos arrancar de 2 Cor 5,17-21 sobre el "ministerio de reconciliación". Al cual añado unas cuantas observaciones. En la liturgia penitencial, ordenada al perdón y reconciliación, Dios no condena como juez, sino que se querella como parte. La relación mutua se funda en la alianza, cuya carta es el evangelio. El evangelio posee fuerza de interpelación, de recriminación y querella; pero también ofrece perdón y fuerza para la enmienda. A un examen de conciencia objetivo y neutral se sobrepone la palabra de Dios, en diálogo personal. La reconciliación tiene algo de nueva creación, y el Espíritu se infunde como dinamismo de vida nueva. Se plantea la relación entre culto y justicia.

8 Romanos 6,3-11.

3¿Habéis olvidado que a todos nosotros, al bautizarnos vinculándonos al Mesías Jesús, nos bautizaron vinculándonos a su muerte? 4Luego aquella inmersión que nos vinculaba a su muerte nos sepultó con él, para que, así como Cristo fue resucitado de la muerte por el poder del Padre, también nosotros empezáramos una vida nueva. Pues si, por esa acción simbólica 5hemos sido incorporados a su muerte, también lo seremos a su resurrección.

            6Tened esto presente: el hombre que éramos antes fue crucificado con él, para que se destruyese el individuo pecador y así no seamos más esclavos del pecado; 7porque, cuando uno muere, el pecado pierde todo derecho sobre él.

            8Ahora bien, por haber muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él, 9y sabemos que Cristo resucitado de la muerte no muere ya más, que la muerte no tiene dominio sobre él. 10Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; en cambio, su vivir es un vivir para Dios. 11Pues lo mismo: vosotros teneos por muertos al pecado y vivos para Dios, mediante el Mesías Jesús.

Explicación.

Todos conocen el bautismo y admiten su significado simbólico de muerte. Hacer solidarios del Mesías Jesús (vinculándose al Mesías Jesús, sentido de la preposición griega eis, que no señala el lugar de la inmersión, sino la unidad de destino, cf.1 Cor 10,2). El que se bautiza, por tanto, se une a la muerte de Jesús, muerte pública y sellada con la sepultura. Pero no es para quedar muertos, sino para una vida nueva ya ahora, con la promesa de la resurrección futura. Por esa acción simbólica, gr. tô homoiômati, determinado, referido al bautismo/inmersión mencionado antes (3-5). Esa muerte significa quedar libres del dominio del pecado (individuo pecador, el término sôma designa a la persona en cuanto presencia y actividad) (6-7).

              Fundamento cristológico: la nueva solidaridad crea una comunidad de destino con Jesús Mesías (8). Con su muerte, Jesús salió del orden de la injusticia, del egoísmo; también el creyente sale del orden antiguo y nace al nuevo, cuyo centro es Dios, con su amor y su gracia (9-10).

             Exhortación a reproducir lo sucedido en Jesús. Todos los materiales para construir la nueva personalidad están a disposición: hay que ponerse a ello (cf. 8,13) (11).

Salmo 118,1-2.16-17.22-23.


1Dad gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.

2Diga la casa de Israel:

es eterna su misericordia. 
16la diestra del Señor es sublime,


la diestra del Señor hace proezas».

17No he de morir, viviré


para contar las hazañas del Señor. 
Explicación.
118,1-4 El estribillo es fórmula litúrgica de uso múltiple: Jr 33,11; 1 Cr 16; 2 Cr 5,13; 7,3; Esd 3,11 Y varias veces en el salterio.

118, 15b-16 El texto del canto es una elaboración de Ex 15,2.

118,17 -18 En cierto sentido, éste es el punto culminante del relato: porque lleva la liberación al límite de la vida y la muerte, porque interpreta el peligro grave como "educación" dirigida por Dios (Dt 8,5; Jr 30,11). El proceso entero estaba controlado por Dios, y el hombre, que ha revivido, puede "contar las hazañas del Señor": Sal 71,20.

118,22-23 Reflexión coral en imagen arquitectónica. Aparejadores o maestros canteros valoran la calidad de cada piedra. Desechan una que no les parece de buena calidad, o que está mal tallada o no encaja en el aparejo. Más tarde, Dios revela el valor único de aquella piedra, que será usada como ángulo de unión de dos paños del edificio o como remate del templo: véanse 1 Re 6,7; Zac 4,7.

118,22 Lc 20,17par; 1 Pe 2,4.7; Hch 4,11.

Transposición cristiana.

Éste es el salmo pascual por excelencia. Así nos lo enseña la tradición a partir del NT. La imagen de la piedra desechada, angular, la recogen Mt 21 ,42; Mc 12,1 Os; Lc 20,17; Hch 4,11; 1 Pe 2,6s. La aclamación Hosana: Mt 21,9; Mc 11,9s; Lc 19,18; Jn 12,13.
El salmo nos ayuda a meditar las etapas principales de la muerte y resurrección de Jesucristo.

9Mateo 28,1-10.



(Mc 16,1-8; Lc 24,1-12; Jn 20,1-10)

1 Pasado el sábado, al clarear el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. 2De pronto la tierra tembló violentamente, porque el ángel del Señor bajó del cielo y se acercó, corrió la losa y se sentó encima. 3Tenía aspecto de relámpago y su vestido era blanco como la nieve. 4Los centinelas temblaron de miedo y se quedaron como muertos.

5El ángel habló a las mujeres:
-Vosotras, no tengáis miedo. Ya sé que buscáis a Jesús el crucificado; 6 no está aquí, ha resucitado, como tenía dicho. Venid a ver el sitio donde yacía, 7 y después id aprisa a decir a sus discípulos que ha resucitado de la muerte y que va delante de ellos a Galilea; allí lo verán.

Esto es todo.
8Con miedo, pero con mucha alegría, se marcharon a toda prisa del sepulcro y corrieron a anunciárselo a los discípulos. 9De pronto Jesús les salió al encuentro y les saludó diciendo:
                -¡Alegraos!        
Ellas se acercaron y se postraron abrazándole los pies.
10Jesús les dijo:
-No tengáis miedo; id a avisar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.
EXPLICACIÓN.


1-10. El primer día de la semana alude al primer día de la creación (Gn 1,5). Comienza el mundo nuevo. Las dos mujeres habían sido testigos de la sepultura (27,61). El temblor de tierra, señal de la teofanía (27,51). La muerte y la resurrección de Jesús, dos aspectos de la misma manifestación divina. El ángel del Señor (cf. 1,20; 2,13.19), revestido de la gloria divina (color blanco) quita la separación entre el mundo de los vivos y el de los muertos (cf. 22,32) (2-3). Se inutiliza la vigilancia de los guardias (4). Las mujeres creen que Jesús está definitivamente muerto (crucificado) (5). Noticia y encargo del ángel: cita en Galilea (6s; cf. 26,32). El miedo, mezclado con alegría. Encuentro con Jesús; les quita e! temor. Mis hermanos, los que poseen e! mismo Espíritu (8-10).

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